La UNIMAQ, empresa concesionaria de Stara, la más grande empresa brasileña de máquinas e implementos agrícolas, completó diez años de un fructífero trabajo por el que ofreció, como regalo a sus clientes, la inauguración de su moderna oficina, que les permitirá cumplir mejor sus servicios. Flavio Costa Beber Junior, gerente general de la UNIMAQ, junto con Nicole Stapelbroek Trennepohl, directora ejecutiva de Stara Financiera, y Átila Stapelbroek Trennepohl, director ejecutivo de Stara, expusieron importantes aspectos durante la celebración del aniversario, destacando las previsiones que esta prestigiosa empresa tiene.

"Estamos muy contentos al recibir un gran número de clientes, algo que es muy importante para nosotros", afirma Costa Beber. Él explica que los empleados de la empresa pasaron por una amplia capacitación para poder orientar a los clientes sobre cualquier duda que tengan para mejorar sus producciones en el campo. La UNIMAQ vende los productos de la empresa brasileña Stara, fabricantes de modernas máquinas agrícolas que en Bolivia tienen buena acogida y total respaldo, ya que son equipos fabricados con alta calidad y tecnología. Para el gerente de UNIMAQ, tener ahora una sede moderna es la realización de un sueño para todos los empleados, pues permitirá que atiendan mucho mejor a los clientes, ya que su premisa es focalizar en siempre mejorar la atención. Del mismo modo, expresó su satisfacción por la confianza que conquistaron de la empresa Stara de Brasil, y viceversa, al asegurar que es una fábrica de máquinas agrícolas que hace 69 años ofrece productos de alta calidad en todo el mundo.

El eslogan de Stara es "Evolución Constante", lo que, en la opinión del gerente general de UNIMAQ, es una señal de que ellos están perfeccionándose siempre y, en consecuencia, revolucionando la fabricación de sus productos. Ser parte de la Familia Stara, tanto para Flavio Costa Beber Junior como para todo el equipo de UNIMAQ, es muy satisfactorio y tienen gran entusiasmo con la consolidación de la unión con Stara y, claro, con la nueva y espaciosa sede. Para terminar su discurso, agradeció en primer lugar a Dios y después a todos los empleados de UNIMAQ, a su familia y también la confianza que depositan todos sus clientes en la empresa.